Esta historia surgió de una bella canción: I'll Find A Way - Rachael Yamagata
Aquí la dejó sin más.
Yo le amaba
desesperadamente pero era muy orgullosa para reconocerlo.
Él lo tenía
todo, pero no me tenía a mí, y también era muy orgulloso para pedirme que fuera
solo suya.
Cada poco
tiempo nuestros caminos se encontraban,
nuestras miradas se cruzaban y nuestros cuerpos se reconocían a gritos, unos
gritos que solo nosotros oíamos. Lejos de todos los demás siempre lográbamos
escabullirnos sin que nadie lo notara, y creábamos ese mundo que interiormente
anhelábamos. Un mundo en el cual nos
amábamos.
Nunca nos
hicieron falta las palabras para entender lo que sentíamos el uno por el otro.
Pero también es verdad que esa falta de palabras era lo que siempre nos
separaba.
Yo le quería,
y lo quería para mí, pero no se lo decía. Interiormente sé que a él le pasaba
lo mismo. No conozco sus motivos, pero se los míos.
Ahora sé que
no hay peor cosa que el miedo, eso era lo que yo sentía, mucho miedo. Es algo
que no me he podido quitar, sigo siendo una cobarde a pesar de los años.
Hubo un
momento en que todo iba bien, parecía que las palabras necesarias surgirían. Pero finalmente ese momento no llegó.
Así que un día
sin saber cómo le estaba dando el último beso. Lo supe con solo rozar sus
labios. La tristeza fue inmensa. Pero no lo deje ver. Él tampoco. Odio el miedo a hablar.
Me eche la
culpa mucho tiempo. Luego vi que los dos habíamos sido culpables. Él también
fallo, pero yo no quise verlo en su momento. La venda de los ojos que me puse
era muy espesa. La suya también.
Es un amor
para siempre, yo siempre le busco, lejos y cerca de los otros.
Cuando le veo
mis labios se secan con el deseo que surge de besarlos. Si no me doy cuenta me
pierdo mirándole a los ojos, todo a mi
alrededor desaparece, y tengo que gritarme como loca interiormente para apartar
la mirada. Me ruborizo cuando me dice algo que solo yo entiendo. Y se me eriza
el pelo de la nuca cuando me acaricia la espalda de arriba abajo al saludarnos. Nadie se da
cuenta, solo nosotros. A veces me sorprendo a mi misma buscando excusas para
volver a verle, y me invento conversaciones por teléfono, pero luego no le
llamo, sé que esas conversaciones nunca se darán, ya es tarde.
Una parte de
mi siempre estará enamorada de él, el problema es que no sé como de grande es
esa parte. Algunos días noto que ocupa todo mi espacio interior. Por eso le
sigo buscando, quizás algún día encontraremos las palabras que tanto necesitamos.
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